Cepíllate los dientes y encías todos los días, después de las comidas, tres veces al día. Los alimentos acumulados pueden variar el pH de la saliva, necesario para evitar la acumulación de sarro y la desmineralización del esmalte.

Escoge el cepillo y pasta de dientes adecuado. Para elegir el tipo de cepillo dental que más te conviene puede preguntarle a tu dentista, él te aconsejará en función de tus características cual te conviene más. Así como, el tipo de pasta de dientes más adecuado para tu boca.

Utiliza la seda dental para eliminar los alimentos acumulados entre los dientes, en espacios pequeños.

Utiliza los cepillos interdentales si el espacio que queda entre los dientes es amplio. Los cepillos interdentales son una gran ayuda si para limpiar entre los alambres de la ortodoncia o por debajo de los puentes.

Al final de la limpieza utiliza enjuague bucal. El colutorio puede ser un gran aliado para tener un aliento agradable o para ayudar en la prevención o tratamiento de alguna enfermedad periodontal. Es enjuague bucal es un complemento al cepillado, nunca podrá sustituir la limpieza dental.

Cambia tu cepillo de dientes cada 3 o 4 meses y el cepillo interdental cada 4 o 5 días, o bien cuando las púas estén desgastadas o deformadas. Es importante renovar el cepillo de dientes porque las bacterias pueden acumularse entre las cerdas.

Visita a tu dentista 1 o 2 veces al año y realiza una limpieza dental todos los años. Tu dentista podrá comprobar el estado de tu boca y así prevenir enfermedades periodontales.

Tambien puedes ver: Técnicas de cepillado>